Asegura que las vacunas son el mejor invento de la ciencia, que en Argentina se politiza todo, incluso la salud, que debemos cambiar nuestra forma de vida y que lo mejor que nos deja esta pandemia es la posibilidad de estar preparados para una próxima, algo que, asegura, sucederá sin dudas. Ernesto Resnik es argentino pero se trasladó hace 30 años a Estados Unidos. Es biólogo molecular y biotecnólogo y trabaja en el desarrollo de anticuerpos monoclonales en una empresa de biotecnología internacional. Hablar de vacunas es su fuerte. Y este fue el diálogo telefónico que mantuvo con LA GACETA desde su casa en Minnesota.
Pasó un año desde que la OMS declaró al coronavirus como pandemia. ¿Ya hay un análisis acerca de lo que provocó esto? ¿Puede volver a ocurrir?
- De eso no hay duda. Los virus van a aparecer por motivos probabilísticos. Hay un número fundamental. Los coronavirus son típicos de la población de murciélagos, que son el 20 % de todos los mamíferos del mundo. Iba a ocurrir tarde o temprano. Pasó en 1918, pasó con el MERS, con el SARS. El modo de vida en el mundo está acelerando la aparición de estos virus, está provocando que salten del murciélago a los humanos. Nosotros invadimos su ecosistema, es lo que dicen algunos y esto puede ocurrir. Deberíamos replantearnos cómo vivimos, si entendemos el mal modo en que vivimos tal vez podamos cambiar algunas cosas que sean beneficiosas y que ayuden a prevenir pandemias como esta.
¿Qué importancia tiene la vacuna en situaciones como esta?
- La vacuna es posiblemente el invento o el descubrimiento más importante de la historia de la medicina. Salvó cientos de millones de vidas. Los mamíferos tenemos un sistema inmune muy complejo y excepcional que evolucionó para responder a cualquier cosa. Es lo que sucede cuando nuestro organismo entiende que hay algo que no debe estar y entonces lo ataca. Una vacuna es hacerle creer al sistema inmune que hay un invasor. Son lo más seguro que hay y los casos de efectos adversos severos son bajísimos.
¿Por qué se dio tanta polémica en Argentina con la llegada de las vacunas?
- Es una curiosidad que se da en Argentina. Para mí es una cuestión política. Hay un sector, el mismo que minimizó el problema del virus desde el comienzo, que puso en duda la vacuna porque saben que es la solución para esta pandemia. La gente quiere que el gobierno le solucione el problema y en el medio se mezcló con oportunidad política. Se hizo política en base a la ignorancia. Todas las vacunas contra la covid demostraron ser buenas. Pero se hizo una campaña de miedo, sobre todo con la Sputnik rusa, pero por suerte hubo gente que igual puso el brazo. Hay sectores que aún hoy ponen en dudas las vacunas y sabemos que esa estrategia funciona y puede costar vidas. Argentina es un país con una política muy atravesada por bastante mugre. En cierto momento la de Sputnik era la única disponible y el Gobierno, con razón, apostó a esa. Por motivos comerciales los rusos y los chinos no quieren abrir los datos al público, pero se los mostraron a las entidades regulatorias como la Anmat, que tiene un prestigio internacional. El rol de las vacunas rusas o chinas es espectacular, pero no olvidemos que detrás de todo esto están los laboratorios y sus negocios. La competencia es gigantesca, geopolítica y comercialmente.
¿La distribución es uno de los principales problemas?
- Entre abril y mayo la producción de vacunas se va a acelerar, va a haber una disponibilidad de vacunas mayor que la que hay ahora; en la Argentina tenés un sector de la población ya contagiada naturalmente, los números son complicados; si se llega a 10 millones de vacunados creo que el alivio va a ser bastante grande
¿Qué siente usted cuando se logra tener una vacuna contra un virus como este en menos de un año?
- El momento de oro de la pandemia es el desarrollo de la vacuna. Se hizo rapidísimo, nunca antes había habido una vacuna desarrollada en menos de cuatro años. Es impresionante. Uno de los corolarios positivos de todo esto es que salimos con una tecnología novedosa para otro tipo de enfermedades, como la gripe. Ojalá podamos tener ese desarrollo para enfermedades más regionales como el dengue. Soy optimista en cuanto a que gracias a lo que se aprendió va a haber vacunas para próximas pandemias.
¿Cómo ve el camino que nos falta para salir de esta situación?
- Debemos vacunar a la mayor cantidad posible de gente lo antes posible aunque sea con la primera dosis para comenzar a crear anticuerpos y con la segunda dosis, por el tema de la falta de producción y distribución, veremos. Mientras el virus no se vaya, seguirá habiendo olas, con picos en que la gente se contagia más y se incrementa la inmunidad. Aunque cada ola es distinta a la anterior; como cada vez hay más gente que ya se contagió, cada vez hay menos personas susceptibles a la infección. Cuanta más gente protegida tengas, aunque no sea la perfecta inmunidad, más vas a calmar este problema.